A menudo nos reiteran la misma idea: los seguros son instrumentos financieros que debemos adquirir, pero esperamos nunca tener que usar. En otras palabras, debemos equiparnos para situaciones adversas, pero siempre con la esperanza de que no se produzcan.
Este concepto puede resultar reconfortante, ya que proporciona una sensación de seguridad y resguardo. Tener un seguro de vida, uno médico o de auto ofrece mucho más que cubrir tus gastos en caso de un siniestro; aporta tranquilidad mental durante todos los momentos que permaneces a salvo.
Considera lo siguiente: si cada persona enfrentara un incidente costoso al menos una vez en su vida, las compañías de seguros no serían rentables. Al analizar las estadísticas de riesgo a gran escala, e incluso el riesgo inherente a tu propio entorno familiar, puedes encontrar que ciertas coberturas valen la pena, mientras que otras no tanto.
Por lo tanto, si no comprendes bien tu póliza y sus términos, podrías terminar pagando por un servicio que probablemente nunca utilices. Mi consejo no es que evites contratar seguros, sino que busques aprovecharlos al máximo, incluso si no ocurre ninguna catástrofe (y deseamos que nunca suceda). ¿Cómo lograrlo? Te dejo algunos consejos útiles:
Familiarízate con las exclusiones o los periodos de espera de tu seguro
Los periodos de espera son más habituales en los seguros médicos. Una condición común en muchas pólizas es la de embarazo. Por lo general, las aseguradoras estipulan que deben transcurrir 10 meses desde que contrataste el seguro para que se cubran los gastos asociados con el embarazo y la atención de tu bebé.
También existen ciertas enfermedades que no se cubren hasta que pasa un periodo específico. Además, si tienes una condición preexistente, es decir, si presentas un factor de riesgo o padeces una enfermedad desde antes de contratar el seguro, lo más probable es que no se incluya en tu cobertura.
Comprende cabalmente cómo funciona el deducible
El deducible es menos enrevesado de lo que parece y la regla es la misma para un seguro médico o de auto: cuanto mayor es el pago del deducible, menor es el costo de la póliza; y viceversa, cuanto más elevado es el costo de la póliza, menor es el pago del deducible.
El deducible es un porcentaje o monto que pagas a tu aseguradora en caso de enfermedad o accidente, además de la prima mensual de tu póliza. El límite de este depende del tipo de cobertura que contrates; en el caso de los seguros médicos, puede depender de factores como el nivel de los hospitales donde puedes recibir atención.
Saca partido a los extras de tu seguro de salud
Numerosos seguros de salud de cobertura amplia incorporan beneficios adicionales, como descuentos en laboratorios, servicios dentales, visitas médicas a domicilio e incluso cirugías oculares. Investiga si estos servicios adicionales están incluidos en tu póliza, y si no, no dudes en preguntar por ellos. Podría requerir un pequeño coste adicional, pero son servicios que seguramente utilizarás en algún momento.
Aprovecha las asistencias de tus seguros de automóvil
Por otro lado, los seguros de auto suelen ofrecer servicios adicionales, como asistencia en carretera o servicios de grúa. Así que, la próxima vez que tengas un problema en la vía, en lugar de esperar la ayuda de un extraño, contacta a tu aseguradora, a la cual ya estás pagando. Recuerda, el seguro es una inversión en tu vida y una herramienta de ahorro en situaciones de emergencia.
Para maximizar los beneficios de tu seguro de vida, es esencial entender todas sus características y servicios adicionales. Así, no solo te proteges a ti y a los tuyos, sino que también sacas el mayor provecho económico de tu inversión. En resumen, conocer y utilizar al máximo tu póliza es la clave para garantizar una seguridad financiera efectiva y completa.