La inflación trae consigo un doble golpe: incrementa los precios y además eleva las tasas de interés en una variedad de endeudamientos, como la hipoteca, los préstamos para vehículos y los créditos con tarjeta. Este escenario complica la administración del dinero para los consumidores, poniendo en riesgo su capacidad de adherirse a un presupuesto y mantener un ahorro consistente.
Al hablar de finanzas personales, es crucial manejar las tarjetas de crédito de manera responsable para prevenir daños a nuestra estabilidad económica y garantizar una salud financiera óptima. Esto implica no permitir que los costos vinculados a este instrumento financiero se disparen sin control.
Si bien una tarjeta de crédito puede ser una herramienta útil en ciertas situaciones, puede convertirse en un factor de ruina si se utiliza incorrectamente.
No obstante, si se comprende cuándo y cómo usarla de manera adecuada, se puede ahorrar una cantidad significativa de dinero a largo plazo. Por ello, queremos sugerirte una táctica de ahorro que quizás no hayas tenido en cuenta: revisa cuidadosamente cómo estás usando tu tarjeta de crédito, ya que podría estar costándote más de lo que imaginas.
Un aspecto crítico en este sentido es el pago total en lugar de los pagos diferidos.
Las tarjetas de crédito a menudo presentan una trampa en forma de comisiones que se aplican al optar por el pago aplazado. Este sistema se utiliza cuando se realizan compras de grandes sumas que no se pueden cubrir en el próximo ciclo de facturación. Sin embargo, este método conlleva a menudo comisiones mensuales elevadas.
Por esta razón, es altamente recomendable que mantengas tu tarjeta de crédito con la modalidad de pago total. Esto significa que pagarás el total de tus gastos del mes durante el siguiente ciclo de facturación, evitando así cargos adicionales y no deseados. A largo plazo, esta práctica puede ayudarte a ahorrar una cantidad considerable de dinero.
Precaución ante la posibilidad de incumplimiento de pagos
La clave para minimizar los costes asociados a las tarjetas de crédito es pagar a tiempo. Asegúrate de tener suficientes fondos en tu cuenta para evitar un aumento en las tasas de interés. Es importante recordar que posponer pagos debería ser una medida de último recurso, ya que los intereses que se generan son comúnmente elevados.
Evita retirar efectivo con la tarjeta de crédito
La acción de retirar dinero en efectivo a través del crédito puede generar a largo plazo un serio golpe a tus finanzas personales. Este tipo de operaciones puede conllevar comisiones que lleguen hasta un 5% en ciertos casos. Por eso, se recomienda que utilices una tarjeta de débito si necesitas efectivo. Este consejo es fundamental y es respaldado por muchos expertos en finanzas personales.
Benefíciate de los descuentos de tu tarjeta
Muchos titulares de tarjetas de crédito no están conscientes de los descuentos asociados que estas tarjetas pueden tener. Imagina que visitas regularmente un establecimiento que ofrece una oferta para los pagos realizados con tu tarjeta de crédito, esto podría suponer un ahorro significativo en tus compras.
Por ello, es vital que te informes en el sitio web de tu banco para conocer todos los lugares donde puedes obtener descuentos al usar tu tarjeta de crédito. Además, existen tarjetas de crédito que te ofrecen reembolsos o cashback en ciertas tiendas o en determinadas compras. Por ejemplo, al adquirir gasolina para tu vehículo. Incluso un reembolso del 2% puede representar un ahorro considerable en el largo plazo.
Siempre opta por su uso en viajes internacionales
Es innegable que las tarjetas de crédito pueden ser de gran ayuda cuando necesitas moverte fuera de tu país de origen. Retirar efectivo de un cajero en el extranjero suele implicar costes adicionales, por lo que es preferible usar tu tarjeta siempre que sea posible.
Otra táctica útil es retirar una cantidad moderada de efectivo antes de emprender tu viaje, suficiente para cubrir pequeños gastos, y para el resto, confiar en tu tarjeta de crédito. Limita la cantidad de tarjetas. Cuantas más tarjetas poseas, más gastos tendrás. Lo más aconsejable es limitarte a dos tarjetas: una de débito para tus compras cotidianas y una de crédito para las compras de montos más elevados.
Ten en cuenta los costos de mantenimiento
Un aspecto que podría generar un ahorro adicional es que algunas instituciones financieras actualmente ofrecen tarjetas de crédito sin una tarifa de mantenimiento, es decir, gratuitas.
Quizás sea el momento adecuado para revisar si estás siendo cobrado por el mantenimiento de tu tarjeta de crédito. Existen algunas opciones de tarjetas emitidas por otros bancos que pueden no implicar ningún coste, incluso si no son de tu banco principal. Es esencial considerar todas las alternativas.
Los seguros adicionales pueden ser de ayuda en situaciones imprevistas
Una de las ventajas de las tarjetas de crédito es que algunas vienen con seguros de protección para compras o viajes. Por ejemplo, si te encuentras en el extranjero y sufres un accidente, los gastos médicos pueden estar cubiertos si usas tu tarjeta de crédito. Lo mismo ocurre si te roban un artículo que hayas comprado con la tarjeta.
Aunque pueda parecer poco probable, estas situaciones ocurren, y tener este tipo de protección puede resultar en un ahorro significativo ante circunstancias inesperadas.