¿Cómo manejar tus tarjetas de crédito de manera efectiva en México?

Las tarjetas de crédito, en México y en el mundo, representan una opción práctica y segura más allá del uso convencional del efectivo o las transacciones a través de tarjetas de débito para tus compras diarias. En efecto, los medios de pago basados en tarjetas de crédito pueden convertirse en un recurso valioso para la administración efectiva de tus finanzas personales y para la creación y mejora de tu perfil crediticio.

¿Cómo manejar tus tarjetas de crédito de manera efectiva en México?

En función del tipo de tarjeta de crédito que logres adquirir, podrías beneficiarte de ciertas ventajas adicionales. Por ejemplo, muchas tarjetas de crédito vienen con servicios de protección contra fraudes y aseguran tus compras en caso de que no sean autorizadas por ti.

Esta es una ventaja significativa en comparación con el manejo de efectivo, que una vez perdido, puede ser irrecuperable. O incluso si consideramos el caso de las tarjetas de débito, que en situaciones de robo pueden ser manipuladas de manera indebida por personas malintencionadas.

¿Cómo puedes sacarle el máximo provecho a tu tarjeta de crédito?

Comprende tu contrato a profundidad.

Es esencial entender tanto tus responsabilidades como los derechos que tienes al ser titular de una tarjeta de crédito. Esto va más allá de simplemente conocer tu límite de crédito o la fecha de pago mensual. Debes estar al tanto de los beneficios extras que te ofrece, como los seguros en caso de eventualidades. ¿Sabías que muchos proveedores de tarjetas de crédito sólo activan la protección contra pérdida, robo o clonación después de que el cliente reporta el incidente? Este es un punto de protección que a menudo se asume y rara vez se menciona al momento de ofrecerte una tarjeta.

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Conoce los costos asociados a tu tarjeta.

En México, las entidades financieras están obligadas a proporcionar a los usuarios el llamado Costo Anual Total (CAT), que engloba todos los cargos relacionados con el crédito, incluyendo comisiones, intereses y cargos extras. Puedes encontrar esta información en los reportes que publica la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

Emplea tu tarjeta para hacer frente a pagos que estén dentro de tus posibilidades.

Si te sientes tentado a gastar más de lo que puedes, lo mejor es dejar la tarjeta en casa. Aquí es donde la planificación de un presupuesto se vuelve crucial. Si tienes una única tarjeta, decide qué porcentaje de tu línea de crédito usarás para tus gastos personales y familiares y cuánto destinarás para tu negocio.

Incluso si tienes una tarjeta solo para tu empresa, establece de antemano cuánto invertirás en la compra de productos o materiales, basándote en tus pedidos existentes y en el tiempo que puedes permitirte para recuperar tu inversión.

Paga la totalidad de tu saldo puntualmente.

El método más eficaz de usar una tarjeta de crédito es pagando el saldo total, algo que en México solo realiza el 30% de los titulares de tarjetas. De esta manera, estás obteniendo un financiamiento a 45 días y evitando el pago de intereses.




Además, al utilizar correctamente tu tarjeta, construirás un historial crediticio sólido, lo que puede resultar en un aumento de tu límite de crédito después de un cierto periodo e incluso atraer ofertas de crédito de otras instituciones. Con mayor financiamiento, tendrás la oportunidad de expandir tu negocio. Recuerda siempre liquidar la totalidad de tus consumos del periodo en la fecha de pago indicada en tu estado de cuenta.

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Despídete de las tarjetas que no utilizas.

Los expertos aconsejan limitarse a tener a lo sumo dos tarjetas de crédito; una para cubrir pagos cotidianos y la otra como respaldo financiero ante situaciones imprevistas, tales como un incidente fortuito o la pérdida de la tarjeta principal. No tiene lógica alguna mantener una tarjeta de crédito en desuso, ya que no proporciona ningún beneficio, no contribuye a la creación de un buen historial crediticio y, encima, genera costos recurrentes como la cuota anual.

Ajusta tu presupuesto.

Tu presupuesto debe estar alineado con tus ingresos presentes y proyectados para los próximos 18 meses. Es esencial eludir gastos innecesarios, minimizar el endeudamiento y, en la medida de lo posible, dar prioridad al ahorro.

Controla tus deudas.

Evita contraer nuevas obligaciones financieras o recurrir a préstamos con tasas de interés elevadas.

Fortalece tus ahorros.

Crear o revitalizar tu fondo de emergencia debe ser una prioridad una vez que hayas alcanzado una situación financiera estable. Debes aspirar a acumular un ahorro que represente entre tres y seis meses de tus ingresos, lo cual te permitirá afrontar una crisis económica o gastos imprevistos.

Sácale partido a los precios bajos.

Las tasas de interés y el valor de las acciones han descendido debido a la crisis económica global. Si cuentas con fondos disponibles, infórmate acerca de las opciones de inversión a tu disposición y aprovecha la coyuntura. Es recomendable que las personas que están próximas a jubilarse o ya jubiladas revisen sus opciones.

Si la mayor parte de tus ahorros de jubilación están invertidos en acciones, podrías tener que tomar algunas decisiones. Mantén una actitud flexible y considera la posibilidad de posponer tu jubilación un par de años. Esto te permitirá incrementar tus beneficios, ahorrar más y darle tiempo al mercado para recuperarse.

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Revisa tu cartera de inversiones y asegúrate de que se ajuste a tu edad y a tu perfil de riesgo. Mantén una reserva en efectivo que te evite tener que vender en un mercado desfavorable. Los efectos de otras pandemias generalmente no han durado más de seis meses, por lo que debes tener una perspectiva a largo plazo y evitar caer en el pánico.




Recuerda que las tarjetas de crédito son dinero prestado por el banco, el cual deberá ser devuelto con intereses y comisiones. Por lo tanto, limita tus gastos a lo que realmente puedes permitirte pagar.

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