Nadie está exento de experimentar un periodo financiero complicado que pueda dificultar el pago de sus deudas. Ante un escenario de este tipo, es vital no caer en la desesperación o confiar en promesas de soluciones rápidas e infalibles. En realidad, hay opciones factibles para manejar la situación y prevenir daños graves en tus finanzas personales y de tu familia.
Hablemos del caso particular de las tarjetas de crédito. Si te encuentras luchando para cubrir tu próximo pago o ya tienes varias cuotas pendientes, el banco emisor de tu tarjeta dispone de estrategias para negociar contigo.
Llegar a un acuerdo con tu banco puede conducir a un plan de pago más manejable. Esto no solo te ayudará a cumplir con tus obligaciones financieras, sino que también protegerá tus ingresos y mantendrá un historial crediticio saludable ante el buró de crédito.
¿Cómo hacerlo?
El primer paso es evitar que tus deudas se acumulen. Posponer tu recuperación financiera y pensar que después podrás ponerte al día con los pagos es un error común. Esto solo genera más intereses, y con el tiempo, la deuda puede convertirse en insuperable.
Por lo tanto, el momento adecuado para acercarte a tu banco y renegociar los términos de pago de tu tarjeta es tan pronto como percibas que no podrás continuar con los pagos habituales. Recuerda, es crucial detener el crecimiento de la deuda lo antes posible. Esta acción te facilitará la salida de tu actual crisis financiera.
Si, desafortunadamente, has acumulado varias cuotas sin pagar y la suma adeudada es significativa, no lo pienses más y acércate a tu banco para explicar tu situación. Estas instituciones tienen programas que podrían ayudarte a aligerar tu carga financiera. Veamos a qué se refieren.
No te escondas
Una tendencia común entre las personas que dejan de pagar un préstamo es la evasión. Esto significa que el prestamista no puede establecer contacto con ellas, lo que puede generar mucho estrés en ambas partes. En el caso de los bancos, esto puede interpretarse como una falta de voluntad por parte del deudor para ponerse al día con sus pagos pendientes.
En la mayoría de los casos, esto no es cierto. La mayoría de las personas somos responsables y, a pesar de enfrentar dificultades para cumplir con algún pago, nunca tenemos la intención de olvidar nuestras obligaciones financieras. Conscientes de las consecuencias a largo plazo que esto podría tener cuando necesitemos solicitar un préstamo para una casa o un coche, procuramos evitarlo.
Por tanto, lo que puede tranquilizar a un banco es la comunicación continua y la disposición del deudor para reconocer su deuda y demostrar su intención de pagarla. Incluso los pagos mínimos en varias ocasiones pueden ser útiles.
Esto demuestra tu compromiso con tus responsabilidades financieras y abre la puerta a posibles negociaciones para mejores condiciones de pago, la regularización de tus pagos o el total pago de tu deuda. La mayoría de estas negociaciones pueden llevarse a cabo por teléfono, a menos que el banco solicite una reunión presencial en una de sus sucursales para discutir los detalles con un ejecutivo directamente.
Toma la iniciativa
Si ves en el horizonte una situación complicada que puede afectar tu capacidad de pago, como la pérdida de tu trabajo o un gasto médico inesperado, no dudes en comunicarte con tu banco y negociar proactivamente tu deuda. Existen alternativas para personas que podrían enfrentar situaciones similares a la tuya.
Reajuste y congelación de la deuda
Inicialmente, la reajuste de la deuda puede implicar solicitar a tu banco que aplique una tasa de interés más baja que la actual, con el objetivo de que puedas manejar una tasa preferencial que te permita lidiar con tu deuda sin ser superado por altos intereses a medida que pasa el tiempo.
Por otro lado, la congelación de la deuda implica solicitar a tu banco que detenga la acumulación de intereses sobre tu crédito por cada día que te has retrasado en los pagos y que la suma adeudada hasta el momento sea reajustada en pagos que consideres manejables dentro de un período determinado, con el fin de saldar toda la deuda.
Esta es una excelente estrategia que los bancos suelen estar dispuestos a implementar para recuperar sus recursos sin incurrir en gastos adicionales.
Aunque esta opción resultará en la cancelación de tu tarjeta de crédito, no debería causar mayores problemas para tu historial crediticio. Sin embargo, para tener la completa certeza, pregunta a tu banco cuáles serían las implicancias en el buró de crédito si decides tomar esta ruta.
Agencias de reparación de crédito
En México, las agencias de reparación de crédito no están oficialmente reconocidas, por lo que no están supervisadas por una autoridad reguladora como la CONDUSEF. En consecuencia, si estas agencias no te proporcionan el servicio prometido o te engañan, sería muy complicado defenderte.
Estas agencias prometen representarte legalmente ante las instituciones de crédito y negociar en tu nombre para que solo pagues una fracción de tu deuda. Por lo general, te solicitan que ahorres durante el tiempo que lleva la negociación, para luego acercarse a la institución financiera con el monto acumulado y alcanzar un acuerdo.
Cancelación parcial de deuda
La cancelación parcial de deuda, también conocida como «quita», es un recurso final para saldar una deuda pagando solo una porción de la misma. No es la opción más recomendable, especialmente si deseas continuar teniendo acceso a créditos de instituciones formales, pues podría dejar marcas negativas en tu historial crediticio por muchos años y resultar en denegaciones a futuras solicitudes de préstamos que pudieras necesitar. Además, el banco o institución crediticia al que le debes tiene que estar de acuerdo con esta opción.
Evalúa tus posibilidades de pago
Antes de iniciar cualquier negociación, realiza un análisis completo de tu situación financiera actual. Revisa tus ingresos y gastos principales, elimina cualquier gasto innecesario para mantener tu economía en equilibrio y determina cuánto dinero puedes destinar para comprometerte a un plan de pago, ya sea semanal, quincenal o mensual.
Cumple tus compromisos
Evita comprometerte a pagos que no puedes cumplir. Tras evaluar tu situación, determina cuánto puedes pagar realmente y comprométete a eso y no más. Cumple con tus compromisos de pago negociados con tu banco para no afectar tu historial crediticio.
Evita caer en la misma situación
Comúnmente, una vez que las personas logran liquidar una deuda, suelen caer en la misma situación en poco tiempo. A medida que vayas haciendo pagos a tu tarjeta de crédito, tu saldo se liberará, proporcionándote acceso a una parte de tu línea de crédito.
Si tu situación financiera no ha cambiado y temes que puedas llegar a excederte nuevamente, lo más recomendable es que llames a tu banco poco después de haber hecho un pago y solicites una reducción de tu línea de crédito.
Como regla general, deberías tratar de tener una línea de crédito que no supere el 30% de tus ingresos netos, o incluso el 20% o menos. De esta manera, tu tarjeta de crédito podrá servirte como un recurso en caso de necesidad, pero no como una extensión de tu salario.
¿Cómo prevenir el endeudamiento con tarjetas de crédito?
Si tu capacidad de pago es inferior a tu deuda, es imperativo evitar acumular más deuda. El sobregiro de tus tarjetas de crédito puede llevar a la generación de intereses moratorios, complicando aún más tu situación financiera. ¿Cómo puedes prevenir la saturación de tus tarjetas?:
- Guardar el 10% de tu salario puede ayudarte a crear un fondo de emergencia para manejar deudas imprevistas o abrumadoras.
- Mantén tus deudas por debajo del 30% de tus ingresos.
- Realiza tus pagos a tiempo.
- Utiliza los planes de meses sin intereses a tu favor.
- Usa puntos de recompensa para cubrir algunos de tus servicios.
- Procura no depender de tu tarjeta de crédito para «emergencias».
Ser responsable con tus finanzas personales puede conducir a mejores resultados económicos. El ahorro puede incrementar tu patrimonio, y la inversión en un negocio puede brindarte ingresos adicionales a tus ganancias regulares o salario mensual.